Tanto tiempo me ha costado hacerme duro y evitarte. ¿Para qué? Volver a caer, recaer y, luego, volver a recaer. Sin embargo, debo dejarte. Decir que no estoy enamorado de tí sería engañarte. Tan bohemia, cosmopolita y libre. Sobre todo, libre.
Que esto acabara en un amor fatal, para mí no era problema alguno. Es más, pedía dolor y más dolor. Masoquismo. Ponerme a prueba: un reto personal.
Si digo algo parecido a que no voy a tener ganas de volver a verte, mentiría. O como me dices tú, no diría la verdad. Pero la soledad no me asusta, es más, la quiero y deseo.
Ese hambre de repetirte me esta matando por dentro. Pero todo tiene su principio y su final. Nosotros nacimos con fecha de caducidad, aún sabiéndolo te quiero. Decir que me encantas no sería suficiente.
Noche, cuánto te quiero...
Disculpen mi burda escritura,
Javi Ramírez
lunes, 21 de diciembre de 2009
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1 comentario:
Jejejejejeje, no tengo palabras, decirte algo sería repetir lo escrito...cuántas covnersaciones y cuánta razón. Ambos sabemos más de lo que queremos...
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