lunes, 21 de diciembre de 2009

Deseo, puto deseo...

Tanto tiempo me ha costado hacerme duro y evitarte. ¿Para qué? Volver a caer, recaer y, luego, volver a recaer. Sin embargo, debo dejarte. Decir que no estoy enamorado de tí sería engañarte. Tan bohemia, cosmopolita y libre. Sobre todo, libre.

Que esto acabara en un amor fatal, para mí no era problema alguno. Es más, pedía dolor y más dolor. Masoquismo. Ponerme a prueba: un reto personal.

Si digo algo parecido a que no voy a tener ganas de volver a verte, mentiría. O como me dices tú, no diría la verdad. Pero la soledad no me asusta, es más, la quiero y deseo.

Ese hambre de repetirte me esta matando por dentro. Pero todo tiene su principio y su final. Nosotros nacimos con fecha de caducidad, aún sabiéndolo te quiero. Decir que me encantas no sería suficiente.

Noche, cuánto te quiero...

Disculpen mi burda escritura,
Javi Ramírez

1 comentario:

Unknown dijo...

Jejejejejeje, no tengo palabras, decirte algo sería repetir lo escrito...cuántas covnersaciones y cuánta razón. Ambos sabemos más de lo que queremos...