miércoles, 27 de julio de 2011
Estabilidad nómada
- No quiero más inestabilidad a mi alrededor, con la mía tengo bastante.
- Todos somos inestables, unos más que otros. Me hace gracia porque confías y se lo cuentas al mas inestable de todos
- Qué va, estás más centrado de lo que pareces por eso me apoyo en tí. No todo el tiempo, porque uno tiene que saber caminar solo.
- Cuando no puedas espero ser tu bastón.
- Todos somos inestables, unos más que otros. Me hace gracia porque confías y se lo cuentas al mas inestable de todos
- Qué va, estás más centrado de lo que pareces por eso me apoyo en tí. No todo el tiempo, porque uno tiene que saber caminar solo.
- Cuando no puedas espero ser tu bastón.
Incomunicación
No sé hablar, si tuviera la oportunidad de poder decirte todo lo que siento, me gustaría salir corriendo, coger un papel, escribirlo y -luego- mostrártelo.
sábado, 9 de julio de 2011
Elephant
- Eres muy guapa, ¿lo sabes?
- Esa historia me suena. La he visto antes.
- Sí, lo sé. Puedo imaginarlo. Pero es distinto.
- ¿Distinto?
- De ella estaba enamorado, de ti no.
- Esa historia me suena. La he visto antes.
- Sí, lo sé. Puedo imaginarlo. Pero es distinto.
- ¿Distinto?
- De ella estaba enamorado, de ti no.
viernes, 8 de julio de 2011
Lucy in the sky with diamonds
- ¿No soy lo suficientemente sincero cuándo te hablo?
- No, no lo eres cuando no lo haces.
- No, no lo eres cuando no lo haces.
sábado, 2 de julio de 2011
Isola del desiderio
Lo anhelaba con todas sus fuerzas. Poder reencontrarse consigo mismo. Esa sensación, los instantes previos a medrar hacia algo mejor - o peor -.
Caminar bajo la lluvia, indagar distritos desconocidos, poder aprender y olvidar a la vez. Sobre todo esto último. Se alegraba de que ese desuso mental fuera a más, llegando a la atrofia parcial transitoria de cada retal. Pudiendo, incluso, llegar a construir nuevos caminos. Una vereda en la que se encontraba impar y se lo agradecía constantemente. Melodías narcolépticas con las que levitaba a universos mejores, países de los que no querría regresar nunca. Un lugar en el cuál el único hastío emergente era afán por desear y sentirse deseado.
Caminar bajo la lluvia, indagar distritos desconocidos, poder aprender y olvidar a la vez. Sobre todo esto último. Se alegraba de que ese desuso mental fuera a más, llegando a la atrofia parcial transitoria de cada retal. Pudiendo, incluso, llegar a construir nuevos caminos. Una vereda en la que se encontraba impar y se lo agradecía constantemente. Melodías narcolépticas con las que levitaba a universos mejores, países de los que no querría regresar nunca. Un lugar en el cuál el único hastío emergente era afán por desear y sentirse deseado.
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