martes, 31 de mayo de 2011

Tributo a lo utópico

No tenían miedo el uno del otro, descubrían sus cartas sobre la mesa, sin prejuicios.
Bebían un buen vino, disfrutaban de la inocente puesta de sol. No paraban en elogios hacia el paisaje ocre que les rodeaba.

- ¿Quieres una rosa?

- No, te quiero a ti.

Se escondieron en el lugar más recóndito de aquella pequeña república - tan sólo por una noche -. Brindaban por la vida.

No sabia que le gustaba más de ella, si aquella mirada virginal que perdía cuando le desnudaba con sus ojos o la forma sutil de acariciarle buscando excusa para aproximarse.

- ¿Te ato?

- Hazlo, sé que llevas queriendo toda la noche.


Y despertó de aquel sueño.

domingo, 29 de mayo de 2011

Trenes



Esta es la última vez, lo prometo.
No puedo retrasarme más, la estación está lejos y el tren ya pasó.

¿Esperar eternamente a otro?

Yo me quedo en París.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Nexos

Hay veces que las mentes están extrañamente conectadas.
No sé el porqué de esa unión pero anoche estabas nervioso,
yo desconocía todo lo que sobrevenía hoy,
y no pude dormir.

Como tú, papá.

viernes, 20 de mayo de 2011

Omisión

Háblame con palabras vacías que yo me las creeré,
dime que me quieres que no te lo negaré.

Repítelo varias veces que te ignoraré.

domingo, 15 de mayo de 2011

El día que fui absurdo.

Ese día no veía más de cuatro paredes que me absorbían.
La distancia me pesaba y la pesadumbre por lo que pasaba más.
Un bucle laberíntico se hacía con mi vida, del que no podía salir.


Intentar henderme no fue buena idea, ahora lo sé. Con la de cosas que quedan.

Las vidas hostigadas no existen. Las inventamos nosotros.

jueves, 12 de mayo de 2011

Inocencia interrumpida

Cuando eres niño siempre dices la verdad, lo que sientes en cada momento, si algo te gusta o no. No te importa el "qué sucederá", es un egoísmo inocente. Buscas ser feliz por medio de la sinceridad.

Al hacernos mayor, cuesta querer a alguien o hacerle saber que le quieres. Hay personas que intentan aparentar ser otras, muchas que no se deciden nunca, algunas que no saben si quiera lo que desean en la vida. Éstas son las peores, por su situación: infelicidad crónica.

Pero, realmente, ¿qué debemos hacer? ¿Ser siempre sinceros exponiendo nuestra vulnerabilidad? Podríamos ser felices por un instante, ese instante quizá no lo valoraríamos en su momento. Pero al finalizar nos daríamos cuenta.

Ahora me aburro en conversaciones banales intentando buscar lo que no quiero. Lugares llenos de humo sin habitar éste. Mentes entumecidas creyendo estar vivas.