viernes, 15 de mayo de 2009

Historias de un borracho

Pierdo la cabeza constantemente con lo que pudo haber sido.

Cada vez que bebo dos copas me armo de valor y pienso que soy el mejor hombre que habrá pasado por tu vida y jamás pasará. Y que te convenceré de que a mi lado serás feliz para el resto de tu vida.

Pero pronto se me pasa y veo que en poco más de tres meses empezaré una vida a 2500 km de distancia y eso hará olvidarnos el uno del otro. La ciudad que nos vio nacer. Porque sé que todavía piensas en mí aunque ya no exista en tu vida. Y lo que es peor, sabes que nadie te querrá de la misma forma que yo lo hice.

Siempre pienso en lo que pudo haber sido y no fue.

¿Por qué no puedo sacarte de mi cabeza?

Si supiera la receta para despertar de una pesadilla y poder volver a soñar...

Si las barras de los bares hablaran... sabrían lo que sería y no lo que pudo haber sido.

Disculpen mi burda escritura, Javi Ramírez.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Cómo empieza todo

La primera vez que empezó todo fue hace 308 días. Con alguna que otra vieja hiena en busca de carroña. Afortunadamente para ellos las hienas murieron mientras que ambos vivían momentos inolvidables. Ambos conectaban con paso firme, demostrando que eran plena utopía.

Un verano errante, bohemio y de confesiones nocturnas. Paseos hasta las 6 de la mañana los caracterizaban, risas mediante. La noche y su lobreguez como testigos mientras se demostraban su amor. Los mejores momentos de nuestras vidas.

El estío y su bochorno acababan y, no por ello, su utopía se agotaba. Cuándo estaban juntos era mejor que en el verano. Quizás el sentimiento de añoranza de ambos hacía más fuerte la relación. O eso parecía... Conocieron juntos una nueva ciudad. La sinceridad de las largas conversaciones telefónicas los unían.

Una travesía de más de 2500 km les hizo no sólo conocerse si no también entenderse. Vivir nuevas experencias. Algo imborrable de la memoria de uno y otro.

Eran envidiados por mucha gente. Parece arrogante tal afirmación pero es cierto, lo eran porque se querían, no hacía falta unas palabras delante de un conocido, ni un mensaje público para demostrarlo. Sólo una mirada o un gesto íntimo hacía que la fantasía continuara.

Por desgracia, las hienas se convirtieron en tiburones. Y el escualo creó un falso sentimiento de añoranza de nada que acabo derrumbando toda utopía antes citada. Le vendó los ojos y borró todos lo vivido. Nada servía para nada (disculpen la redundancia). Quitándole las ganas de pelear por volver a conseguir la ficción creada.

Esa fue la primera vez que empezó todo, también fue la vez primera del único cuento sin final. Las vivencias ocurridas nunca terminarán, ganado a todo lo aciago que quede por llegar.

El final no tiene final...

Desde "el sitio de mi recreo", disculpen mi burda escritura, Javi Ramírez.

sábado, 9 de mayo de 2009

Este adiós

Este adiós no maquilla un hasta luego,
este nunca no esconde un ojalá,
estas cenizas no juegan con fuego,
este ciego no mira para atrás.

Este notario firma lo que escribo,
esta letra no la protestaré,
ahórrate el acuse de recibo,
estas vísperas son las de después.

A este ruido tan huérfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir.

Este pez ya no muere por tu boca,
este loco se va con otra loca,
estos ojos no lloran más por ti.

Joaquín Sabina, "maestro de maestros"

miércoles, 6 de mayo de 2009

El título que tú quieras

Si te deja la mujer de tu vida sin motivo alguno. Y, lo que es peor, sin darte explicación alguna. La cara que se te queda es de "soberano gilipollas". Te preguntas "cómo la recupero", "qué he hecho", "por qué a mí"... Siempre creías que a ti nunca podría pasarte.

Te das cuenta de las experiencias vividas y recuerdas, las tardes de domingo junto a la estufa arropados, las miradas que decían más que mil palabras, los paseos a la luz de la luna por la orilla de la playa, las risas y llantos, el hacerle el amor suavemente mientras le prometes tu amor, las canciones escuchadas, las películas compartidas, los secretos confesados, los planes que hiciste y cumpliste, los que quedaron por hacer. La historia de amor más bonita del mundo, ahora mismo, no es nada. Por un momento pensaste que vuestro amor viviría para siempre y 118 kilómetros lo rompieron. El amor dura un segundo. El amor no existe.

No sirve de nada ir detrás de alguien si ese alguien ha huido. Es muy duro, lo único que te queda son dos opciones: borrarla de tu vida o esperarla para siempre. Soy masoquista y elegí la segunda, porque todavía creo en el amor a pesar de defender su inexistencia en líneas anteriores. ¡Claro que existe! Seré fiel a mis principios.

Hay momentos en la vida que no deberían existir. La pérdida de un familiar querido, la enfermedad, el dolor del desamor, la melancolía... En esos días que la soledad se apodera de ti que, ni siquiera, los amigos pueden comprederte o, mejor dicho, no te sientes compredido. Esos días en los que sólo piensas en que llegue la noche para poder tomarte una copa mientras escuchas un disco de Sabina. Piensas "¿por qué estoy triste, si no debo estarlo?" "No he hecho nada". Siempre hay alguien que puede ayudarte, no renuncies a la amistad.

Porque como dijo un gran amigo mío: "quíen se va cuando no le echan, vuelve cuando quiere"

Disculpen mi burda escritura, Javi Ramírez.