domingo, 27 de junio de 2010

Valentía

Pensar en el hedonismo, la irresponsabilidad e insensatez que le invadían. Lo más cómodo de suponer. Vivía estancado, como si el tiempo por él pasara lentamente; y la vertiginosa rapidez de la actividad de la gente pareciera no importarle.

Él, en realidad, se dejaba llevar por las emociones - aún figurando frío -, nadie conocía aquel abismo creado por no poder urdir algo que le completase. Asentado en un bucle de ocho meses, sin haber sido lo suficientemente valiente de dar el golpe de permuta que le exigía su vida.

Solo y sin futuro.

3 comentarios:

Julius dijo...

En el cultivo de afectos reside la prerrogativa de la soledad buscada, que no permanente. En el encuentro con la cuadratura del círculo de tus aspiraciones se encuentra la quintaesencia de la felicidad. Encarcelar las emociones sólo acrecentará ese abismo entre lo posible y lo medular.

Siembra, recoge y compártelo para que los sentimientos no se te acumulen en stock.
Gracias por tus reflexiones de madrugada Javi. De parte de un fiel seguidor de tu prosa de realidad palpable y embriagadora.

Unknown dijo...

Interesante.... a la par que efecto espejo, siempre tan elocuente Sr. Javier.

Javi dijo...

Mi prosa de calle no está a la altura de tus sellos cultivados y pregnados en mi blog. Gracias Julio por todo, tu postal me emocionó, eres un cabron.

Xes, somos almas errantes que no encuentran una residencia fija en la que deponer raíces y así cosechar tranquilidad emocional. Ahora, lo importante es lo importante, intentémoslo mañana y, luego, - como se dice - dios dirá.

Un beso enorme para mis dos seguidores acérrimos.