Nunca me afectó el cambio de estación, salvo cuando se fue el otoño.
Echo de menos esos días de hojas cayéndose de los árboles.
Ésas mismas que tras pisar siento como se humedecen los dedos de mi pies al caminar descalzo.
Las rosas de papel no son verdad
y queman
lo mismo que una frente pensativa
o el tacto de una lámina de hielo.
Las rosas de papel son, en verdad,
demasiado encendidas para el pecho
Días azules
Donde están los días y ese azul di un lugar donde estés tú que si el azar nos va empujando hasta el final sólo habrá casualidad la casualidad, nos va alcanzar nos va a salvar, y a matar...
Donde nos llevó la imaginación, donde con los ojos cerrados se divisan infinitos campos. Donde se creó la primera luz junto a la semilla del cielo azul. Volveré a ese lugar dónde nací.
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