miércoles, 1 de junio de 2011

Volver

Llegó de nuevo, desperté, estábamos en tu cama abrazados cómo si el mundo terminara.

Pero no estabas tú, no era tu habitación, ni me enlazabas.

Cuanta amargura en un cuarto que creí dibujar a mi antojo, resultaron ser garabatos. Sólo lo poblaba el gélido vacío y el recuerdo de una foto en la pared.

- ¿No te das pena? Quiérete a tí mismo - le decía Summer -.

- Recordarte es la manera de sentirme vivo así noto como me late el corazón. Prefiero no quererte pero si recordarte cómo me hubiera gustado que fuese - apostilló Tom -.

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