viernes, 23 de abril de 2010

Se pintaba los labios con su carmín, como si de un peculiar "tic" se tratase. Morena de ojos grandes, así era Lili. Podría tener a cualquier hombre pero se enamoró de Carlos.

- Te quiero - le dijo un día a él.

- Tú no me quieres. Me deseas hasta odiarme. Odiarme tanto, con todos tus sentidos, hasta poder matar mi alma.

2 comentarios:

Unknown dijo...

El amor puede llegar a ser agresivo, hasta en los momentos más sensatos y cuerdos.

Javi dijo...

Quizás en esos mismos momentos (sensatos y cuerdos, que dices, Xes) es cuando menos íntegro resulta. Al presentarse frío y diáfano.

De otra forma quizás más distorsionado pero salvaje y caldeado, se muestra entero. Distorsionado pero entero.